La ruta a la Cascada de Sotillo es una de las más conocidas del Parque Natural del Lago de Sanabría. Nosotros hemos tenido ocasión de ir durante esta Semana Santa. No hemos podido ver todo el esplendor de la ruta porque la primavera todavía no se ha asentado en esta zona. Los robles que abundan en la ruta no han florecido todavía, aún así es una ruta espectacular con el colofón de la magnífica caída del agua.
La ruta comienza en Sotillo de Sanabria. Se llega por carretera desde el vecino pueblo de Puente de Sanabria. Se puede aparcar dentro del pueblo, me sorprendió que los vecinos no estuvieran molestos al ser invadidos por tantos turistas que dejamos nuestros coches aparcados como podemos. Nosotros dejamos el nuestro muy cerca de la Iglesia del pueblo dedicada a San Lorenzo.
Un poco más adelante, a la izquierda, hay una señal que indica la dirección que debemos tomar. Es una calle que desciende hacia el río. Tras recorrer unos centenares de metros llegamos a un merendero. Un puente nos permitirá cruzar el río Truchas para enlazar con la senda que se dirige hacia la cascada. Para evitar cualquier tipo de duda una señal de madera nos indicará la dirección a tomar. Además, nos encontraremos estacas pintadas de color marrón para indicarnos que vamos por buen camino.
Desde el inicio de la ruta nos encontraremos rodeados de robles. Algunos de gran tamaño, según vayamos subiendo otras especies, como el acebo, saldrán a nuestro paso. Siempre tendremos con los Picos de Bubela como telón de fondo.
El camino siempre es en subida, no en vano nuestro destino se encuentra a 1300 metros de altitud. Con partes más exigentes que otras. La más dura la encontraremos casi al final, antes de llegar al salto del agua.
Esta parte termina en una bifurcación de sendas, a la izquierda podremos llegar a la Laguna de Sotillo. Nosotros no subimos sino que nos dirigimos directamente hacia la cascada.
Superado el último tramo tendremos que superar otro no menos inclinado pero esta vez en descenso. Deberemos tomar precauciones porque además puede estar húmedo por el agua que llega en finísimas gotas que se escapan al estrellarse el agua. Antes de llegar un pequeño mirador natural nos permitirá ver el bosque que luego atravesaremos a nuestro regreso.
Esta parte termina en una bifurcación de sendas, a la izquierda podremos llegar a la Laguna de Sotillo. Nosotros no subimos sino que nos dirigimos directamente hacia la cascada.
Superado el último tramo tendremos que superar otro no menos inclinado pero esta vez en descenso. Deberemos tomar precauciones porque además puede estar húmedo por el agua que llega en finísimas gotas que se escapan al estrellarse el agua. Antes de llegar un pequeño mirador natural nos permitirá ver el bosque que luego atravesaremos a nuestro regreso.
Por fin estamos en la cascada, y el espectáculo que tenemos delante ha merecido la pena. Una pequeña explanada nos permitirá ver la feroz caída del agua. Incluso, tomando precauciones, podremos acercarnos a ella y tomar la foto de rigor.
Es muy fácil encontrar un sitio donde sentarse y, mientras, contemplamos el espectáculo, reponer las fuerzas perdidas para afrontar mejor el camino de vuelta.
El regreso se puede hacer volviendo por nuestros pasos, o hacer una ruta circular descendiendo por una senda que sale desde la pequeña explanada donde estamos situados.
Es muy fácil encontrar un sitio donde sentarse y, mientras, contemplamos el espectáculo, reponer las fuerzas perdidas para afrontar mejor el camino de vuelta.
El regreso se puede hacer volviendo por nuestros pasos, o hacer una ruta circular descendiendo por una senda que sale desde la pequeña explanada donde estamos situados.
Esta segunda opción puede no ser adecuada en temporada de lluvias. Las torrenteras que nos encontraremos en el camino nos podrían impedir el paso. El problema es que no lo sabremos hasta que no hayamos hecho una gran parte del descenso. Tener que dar la vuelta y volver a subir puede ser una dura decisión, porque la senda es realmente empinada.
Si por fin nos decimos por la segunda opción deberemos descender con cuidado y lentamente.
Aquí también buenas personas han tenido la idea de apostar pequeños puentes de troncos que nos ayudaron a atravesar los puntos más difíciles. También debimos de atravesar de nuevo el río Truchas por un puente tendido para tal fin. Con este agradable paseo llegamos hasta el pueblo de Sotillo por el lado contrario, a donde habíamos dejado el coche, lo que nos permitió ver el pueblo y callejear entre sus casas.
Esta es la ruta en Wikiloc, para más detalles pinchar aquí:
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